A continuación, una pequeña contextualización de los orcos en Kraëtoria
Los orcos son criaturas despreciadas por todas las razas “superiores”: humanos, elfos y enanos. Esto porque los orcos serían adoradores de la oscuridad y la destrucción. Nada más lejos de la realidad.
Los orcos son una raza nómada o seminómada que habita en las colinas y montañas de Valaquia. Su estructura social es tribal y suelen adorar a los espíritus de sus antepasados, aunque también muestran especial devoción por Baal, el antiguo dios de la guerra y la fertilidad de los anatolas.
Los orcos aseguran tener un pasado común con los enanos. Sin embargo, ellos adoran a Baal y a Dvergar, a quienes consideran sus dioses protector y creador, respectivamente.
En la mitología orca, Dvergar era el dios forjador, quien creó primero a los orcos para que se convirtieran en sus artesanos. Pero quedó tan horrorizado por su creación que despreció a sus hijos y creó una nueva raza, los enanos, que se convirtieron en su raza protegida.
Desde siempre, entonces, los orcos se han sentido menospreciados por su propio dios. Es por ello que han volcado su adoración hacia Baal, el dios de la guerra y la fertilidad. A Dvergar le reservan simplemente el odio por haberlos despreciado, algo que, según sus creencias, al dios le importa muy poco. Por eso no es raro que un orco maldiga a Dvergar o escupa al suelo cuando hable de él. Las hazañas de los orcos se las atribuyen a su propia tenacidad, a su inquebrantable honor y a su devoción a su raza y al dios Baal (que, en realidad, pidieron “prestado” a los humanos).
Como adoradores de Baal, los orcos tienen mucho interés en preservar la ciudad de Glasnett y tener libre acceso a ella, ya que desean rendir homenaje a Dokalfard, un antiguo orco santo de Baal que murió defendiendo la ciudad de los humanos hace un siglo.
Aunque los orcos tienen pocas razones para simpatizar con los humanos, son seres prácticos y tolerantes. Saben que los campesinos y los artesanos no son culpables de los pecados de sus reyes, así es que no matan a cualquier humano que se les cruza por el camino. Quizás el hecho de que sean despreciados por su propio dios es lo que hace a los orcos tan tolerantes.
Actualmente, los orcos buscan salir de su estado de barbarie y crear su propia nación. Ven en el Señor de la Guerra Vod-Oghorog la esperanza de una nueva era de esplendor. Muchos orcos hablan de Vod-Oghorog como un iluminado, un santo de Baal, y le adoran como a un semidiós.
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on miércoles, mayo 13, 2009
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Sobre el Dungeon Master
- Jorge Román
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