Bajo la sombra de Samael - capítulo III  

Relatado por Jorge Román

Los aventureros descubren que el pueblo está siendo asolado por una plaga de muertos vivientes que se reproduce matando a los vivos. Cuando deciden investigar el origen de la plaga, son atacados por un sacerdote loco que les dejará una herida terrible...

3. Pueblo maldito
Enero del 1042 de la Era de la Luz
(sesión del viernes 1º de mayo del 2009)


Una niebla espesa cubre el valle de Barovia. El camino rodeado de espesos bosques lleva hasta una reja metálica, abierta. Los aventureros la cruzan y oyen como se cierra tras ellos, como si les anunciara que están atrapados. Los caballos avanzan nerviosos hacia las primeras casas de Barovia, un pueblo que parece abandonado, aunque apenas ha pasado el mediodía.

En cuanto se ven rodeados por las casas, los aventureros se dan cuenta de que algo anda mal: hay cadáveres en el suelo y un carro abandonado en medio del cruce. Cuando se acercan a investigar se dan cuenta de que un grupo de aldeanos se da la vuelta y se acerca a ellos con los ojos en blanco, gimiendo en forma bestial. Claramente no están vivos, pero están siendo guiados por una fuerza superior a la muerte.

Aunque se encuentran rodeados, los aventureros consiguen deshacerse de la amenaza sin grandes problemas. Agner y Gunther trepan a los tejados y, aprovechando que la niebla se ha despejado un tanto, miran hacia la plaza central: ven fuego, oyen gritos y sonidos de batalla. Rápidamente se dirigen hacia allá, atentos a todo lo que les rodea.

En el trayecto son atacados por más muertos vivientes y unas horrorosas cabezas con alas de murciélago que, con sus espantosos gritos, paralizan de terror a Thorkrieger y Karl. Ambos son besados por las criaturas, mientras sus compañeros intentan eliminar a los muertos vivientes y ahuyentar las cabezas. Cuando por fin se han liberado, corren hacia la plaza y se encuentran con una docena de muertos vivientes que han penetrado unas barricadas y luchan encarnizadamente con una mujer en armadura. Los aventureros intervienen y consiguen destruir las criaturas. La mujer se presenta, agradecida:

—Soy Regina Cantemir, aprendiz de templaria, y estoy protegiendo a los barovianos de la plaga de muertos vivientes que asola el pueblo. Vine al condado acompañado por mis amigos, Thendrik y Mathilda, y fuimos acogidos por el burgomaestre, Kolyan Indirovich, y el sacerdote del pueblo, Danovich. Pero hace una semana, empezamos a ser atacados por muertos vivientes. Los que caen por sus manos se alzan para unirse a sus filas. Hemos conseguido atrincherarnos en la plaza, pero no creo que esto resista mucho tiempo más.

Mientras ayudan a reforzar las defensas, los aventureros averiguan que la maldición empezó en el templo de Baal. Thorkrieger compra algo de equipo en el único negocio abierto: la tienda de Bildrath. Por su parte, Regina advierte a Karl que si fue besado por uno de esos monstruos voladores, las várgolas, se convertirá en uno de ellos si no es atendido.

El grupo es acogido por Arik, en la Taberna de la Sangre de la Viña. Arik se muestra amistoso con el grupo: les da de comer y beber, les agradece por salvarlos de los muertos vivientes y les comenta que el hijo del burgomaestre, Ismark el Menor, está en la taberna, bebiendo. Interrogándolo, los aventureros averiguan que el burgomaestre murió hace dos semanas, que la carta que los trajo a Barovia no fue escrita por él, y que la hermana de Ismark, Irina Kolyana, está encerrada en la casa del burgomaestre con el cadáver de su padre para evitar que se levante de entre los muertos. Mientras el resto del grupo hace las averiguaciones, Thorkrieger sana a los heridos, cura a los enfermos y divulga la fe de Thor entre los paganos.

Antes de anochecer, Valdemar utiliza una puerta dimensional para trasladarse con Agner a la casa del burgomaestre y hablar con Irina. La convencen de que los deje entrar y se presentan. La hermosa joven, que anda armada con una maza, aunque viste un sencillo vestido de burguesa, les cuenta que su padre desafió la autoridad del conde de Barovia cuando permitió que tres extranjeros, entre ellos una aspirante a templaria, fueran acogidos en el pueblo. Kolyan utilizó el Símbolo de Ravenkind, una poderosa reliquia familiar, para mantener a raya al conde, lo que seguramente lo irritó. Poco después, Kolyan amaneció muerto: Irina está segura de que fue envenenado. Aunque ella trató de utilizar el amuleto, nunca supo cómo hacerlo. Un día, simplemente desapareció. Y al día siguiente, empezó la plaga de muertos vivientes.

Valdemar y Agner la convencen de trasladarse a la plaza junto al cadáver de su padre, donde ella estará más segura. Así lo hacen. Esa noche, los aventureros descansan y se preparan para invadir el templo y descubrir el origen de la infección.

A la mañana siguiente, Thorkrieger invoca el poder de Thor para sanar a Karl de su aflicción. Desgraciadamente, esta ya le afectó parcialmente y perdió todo el vello facial y los cabellos. Por su parte, Gunther interrogó a Irina, quien le reveló algo más: el conde Strahd la desea a ella. La ha visitado en sueños y le dejó marcas de mordida en el cuello, que ella intenta disimular tras un pañuelo púrpura. Ella le teme al conde y pide la ayuda del grupo.

El grupo, acompañado por Regina, enfila al templo. Agner estudia el tragaluz del techo, los vitrales y las ventanas, pero no encuentra otra forma de entrar salvo por las puertas principales. El grupo las abre y entra, para verse rápidamente emboscado por un grupo de muertos vivientes y un sacerdote de pelo largo y desordenado que les grita “¡No los dejaré llevarse a mi hijo!”.

Mientras los aventureros intentan deshacerse de los muertos vivientes, el clérigo lee en voz alta un pergamino en su mano. Un círculo de oscuridad rodea a Agner, Gunther, Karl y Regina, que sienten cómo la energía vital les abandona. Regina y Karl pueden resistirse, pero Agner y Gunther caen al suelo como títeres a los que les hubieran cortado los hilos.

Valdemar grita “¡Retirada!”, mientras toma los cadáveres de sus amigos y se teleporta con ellos a la plaza de Barovia. Thorkrieger arroja una llama divina sobre los muertos vivientes y luego ayuda a Regina a retirar a Karl, quien ha quedado paralizado por el terror. Todos se reencuentran en la plaza, donde ven con horror cómo Agner y Gunther se levantan convertidos en muertos vivientes. El grupo los destruye con facilidad, pero ya no hay nada que hacer: están muertos. Darkside ha fracasado.

This entry was posted on martes, mayo 19, 2009 at martes, mayo 19, 2009 . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

0 discusiones abiertas

Publicar un comentario