Bajo la sombra de Samael - capítulo V  

Relatado por Jorge Román

Los aventureros van a visitar a Madame Eva, la gitana, quien les revela interesantes secretos respecto al conde Strahd Von Zarovich...

5. El diablo y su amante
Enero del 1043 de la Era de la Luz
(sesión del miércoles 20 de mayo del 2009)


Luego de registrar el templo maldecido, los aventureros descubren el diario de Danovich, en el que cuenta la existencia del Tomo de Strahd, un diario escrito por la mano del conde. Según especula Danovich, en este libro deberían estar las claves para saber cómo hizo Strahd Von Zarovich para hacerse tan poderoso y corromper la tierra. En su diario, Danovich también cuenta que Irina Kolyana no es en realidad la hija del burgomaestre, sino que fue encontrada por él en el bosque de Svalich, cuando apenas era una niña sin recuerdos de su pasado.

El diario también cuenta cómo Danovich se vuelve loco después de la muerte de su hijo, y cómo utiliza un libro maldito, el Liber Blaspheme para hacer despertar a su hijo Doru a la no vida. Valdemar intenta estudiar el Liber Blaspheme, que se encuentra entre las posesiones de Danovich, y siente que su mente se inunda de horrendas imágenes que evocan las páginas malditas. Thorkrieger se queda con el libro, a pesar de que Valdemar insiste, medio fascinado, medio aterrado, en seguir leyéndolo.

Luego, el grupo intenta investigar el cementerio, pero la niebla, que se ha espesado aún más, muestra caprichosas sombras fuera del alcance de visión, como si extraños monstruos los rodearan. En un momento, Valdemar divisa una figura humanoide con alas de paloma, como una sombra en la niebla. Intimidado, el grupo decide marcharse de allí.

De regreso en casa de Irina, los aventureros se dan cuenta de que la plaga de zombis ha acabado: los muertos vivientes han caído al suelo, inanimados, y algunos aldeanos han salido a las calles, sin poder creer lo que ocurre. El grupo les ayuda a apilar cadáveres y a quemarlos. Pero cuando Valdemar y Ajik se acercan a las barricadas de la plaza central, son amenazados por dos aldeanos, que les obligan a retirarse. Por mucho que insisten, los aventureros no consiguen convencerlos de que son ellos los que acabaron con la plaga: los aldeanos aseguran que todo acabó gracias a que los expulsaron del pueblo. “No queremos más extranjeros”, les dicen los hombres.

Ya en la mansión, los aventureros planifican el día siguiente: regresarán al templo para purificarlo y luego darán una visita a Madame Eva en el campamento gitano que se asienta junto al estanque Tser. Luego, se van a dormir.

Los sueños de los aventureros están plagados de horrendas pesadillas que son incapaces de recordar. En medio de la noche, Karl despierta empapado. Cuando llega al baño, dispuesto a lavarse, y enciende una vela, se percata de que está cubierto de sangre: sus ropas, su cabello, las sábanas de su cama. Cuando se convence de que la sangre no es de él, se lava y revisa a sus compañeros, creyendo que quizás la sangre es de alguno de ellos... Pero nada.

Temprano por la mañana, el grupo parte hacia el estanque Tser para hablar con Madame Eva, la adivina. El viaje no es tan largo, pero sí cansador. En el cruce de caminos, se encuentran con un cadáver colgando y un pequeño cementerio, que identifican como cementerio de bandidos. En el cruce, Sigfried encuentra tirado un tintero de vidrio verde, roto e inservible. No le presta mucha atención y lo deja ahí.

Al anochecer, el grupo arriba al campamento gitano, donde son recibidos por Madame Eva. La adivina, una mujer enorme, de más de dos metros, que predice el futuro a través de sus cartas, revela varios hechos de importancia para los aventureros.

El Tomo de Strahd, que tiene los secretos del poder del conde, se encuentra en el castillo Ravenloft, en una sala “que guarda la sabiduría del ayer”. Además, les revela que para quitarle al conde su conexión con Barovia, alguien debe realizar una noche de oración en los tres nodos naturales con los que se ha conectado el conde.

El Símbolo de Ravenkind, un poderoso amuleto que permite desafiar a los muertos vivientes, se encuentra en el cruce de caminos. La Espada de Ra, un arma con el poder de destruir a los no muertos, se encuentra oculta en la tumba de Acererak, un necromante de la era antigua. Ambos objetos tienen sus poderes durmientes: para despertarlos, se debe realizar un ritual de vinculación en “el trono de un antiguo rey”, que se encuentra probablemente en el castillo Ravenloft.

Madame Eva les advierte que el conde está buscando redimirse a través de un antiguo amor, el amor de Tatyana Von Zarovich, que él cree reencarnada en Irina Kolyana. “Irina no es la hija natural de Kolyan Indirovich: el burgomaestre la encontró vagando a los pies del acantilado sobre el que descansa el castillo Ravenloft, cuando ella era una niña. Ella no lo sabe y tampoco recuerda nada de su vida antes de ser adoptada por Indirovich”.

La adivina les dice que el conde los encontrará muchas veces, pero que el grupo sólo lo sorprenderá una vez: cuando lo encuentren “en el sitio donde los oficiales del antiguo rey se sentaban hace mucho tiempo, observando desde abajo”. Los aventureros tendrán la bendición de Tyrr cuando luchen contra el conde en ese lugar. La vieja les advierte además que el conde caerá fulminado por “el arma de un templario”.

Después de conversar con la adivina, los aventureros piden a los gitanos que les dejen dormir junto al fuego, y así lo hacen.

Esa noche son atormentados por nuevas pesadillas. Sigfried despierta a la mitad de la noche, convencido de haber escuchado pasos junto a su cabeza.

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